A pesar de que muchos árboles de hoja caduca llevan ya meses sin hojas, muchos de ellos han comenzado hace tiempo su actividad reproductiva formando y mostrando sus flores.
Es el caso del avellano (Corylus avellana; Fam. Betulaceae) que florece entre diciembre y febrero, por lo que ya estamos en los últimos días de su período de floración
Sus flores son pequeñas y poco vistosas, ya que tienen polinización por el viento o anemófila. Están reunidas en inflorescencias de tipo amento. Siendo árboles monoicos, en un mismo árbol encontramos los amentos masculinos y los amentos femeninos. Los amentos masculinos son muy visibles y son péndulos para favorecer el transporte del polen por parte del viento. Sin embargo, los amentos femeninos son pequeñitos y pasan desapercibidos, tan solo si nos fijamos bien, los detectamos como una estructura globosa escamosa de la que nos llaman la atención unos pequeños filamentos rojos, que son los estilos y estigmas de los pistilos.
La polinización es cruzada y el polen genera un tubo polínico que tarda meses en dar lugar a la fecundación, que producirá la avellanas.
6 de Marzo de 2022
Muros de Nalón.
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